Muchas veces habréis oído eso del miedo a la hoja en blanco. Tienes una idea en la cabeza que no te deja dormir, esa idea que crees, estás seguro, que es una buena idea. Que funcionará. Pero, ¿por dónde comienzo a hacer realidad mi idea? El dar ese primer paso es sumamente importante, pero todavía más importante es el hacerlo correctamente, para no salirse fuera de la idea y terminar deambulando por no se sabe qué mundos. Si he aprendido algo en todos estos años es que, tener una idea es el primer paso hacia cualquier objetivo que os propongáis, pero, y esto es lo más importante, no sirve de nada esa idea si no os enfrentáis a la hoja en blanco, a escribirla, a explicarla, a compartirla con cualquiera que os pueda ayudar. Mejorándola, adaptándola, retocando, reescribiendo y también reideando. Ese paso de enfrentar tu idea a una hoja de papel, a dibujarla, será la primera materialización de la idea en nuestro universo, será la primera y la más cruda, salvaje, con bordes, dobleces, fallos pero será la manera en la que vuestra idea vea la luz. Si nunca enfrentáis la idea al folio, nunca nacerá, nunca Será.